Exploración con georradar

FASE I

El georradar se limitó al perímetro de la motilla

Formado en un espacio desecado de arcillas y limos con suelos grises sobre una base geológica de calizas margosas, arenas, areniscas y conglomerados. El área de exploración ha ofrecido condiciones adversas en algunas de las zonas de trabajo, siendo especialmente dificultosa en la zona colindante de la motilla, en el fondo de la antigua laguna. La superficie había sido sometida a un arado muy profundo, dejando surcos que impedían el conveniente flujo de trabajo del georradar. En algunas zonas fue literalmente imposible la circulación con el georradar, mientras que en otras el trabajo no fue lo suficientemente adecuado para la toma de datos. No obstante, merece la pena citar las alteraciones de tendencia circular y rectangular, que permiten plantear la existencia de estructuras arqueológicas.
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Fig. 2. Fotografía del Proyecto

El georradar o radar de suelo

Conocido como GPR (Ground Penetration Radar), es una técnica geofísica empleada en prospecciones no destructivas basado en la emisión y detección de ondas electromagnéticas que se propagan en el subsuelo. El pulso de energía electromagnética emitido desde la antena se trasmite en el subsuelo interactuando con materiales que tienen diferentes propiedades electromagnéticas (conductividad, constante dieléctrica, permeabilidad magnética). Esta interacción hace que parte de la energía emitida sea reflectada, transmitida, refractada y/o absorbida permitiendo la detección de alteraciones con respecto al medio circundante. Los pulsos electromagnéticos se emiten a una determinada frecuencia central que determina la profundidad máxima de exploración y la resolución de los resultados. En aplicaciones arqueológicas el rango medio de frecuencias empleadas está entre 100 – 800 MHz.