INTRO
Piezas de la Edad del Bronce
En las excavaciones realizadas durante los años 80 y 90 en el yacimiento, se descubrieron importantes piezas de la Edad del Bronce relacionadas con la actividad cotidiana que desarrollaban sus pobladores en aquel enclave. El Museo de Albacete alberga un fondo de piezas arqueológicas de la motilla de más de 2.000 elementos, no todos pueden ser mostrados sus espacios expositivos.
El Ayuntamiento de Albacete, dentro del proyecto de puesta en valor de El Acequión está promoviendo estudios y trabajos que consigan difundir estas piezas a la vez que fomentar investigaciones que permitan avanzar en el conocimiento de cómo vivían y se organizaban los pobladores de hace 4.000 años.
Así, en noviembre de 2022 se promovió y financió un “Estudio traceológico[1] de 4 piezas metálicas de El Acequión” (un puñal de dos remaches con una espina central en la hoja muy marcada y tres hachas planas de talón), descubiertas en las excavaciones de finales de la década de los 80.
[1] Esta técnica de análisis permite obtener información básica sobre los procesos productivos en los que intervinieron los distintos instrumentos, sobre la funcionalidad de los asentamientos o sitios arqueológicos, sobre la organización social del espacio y la división del trabajo por género y/o edad (“El por qué y para qué de la traceología en arqueología prehistórica” Ignacio Clemente Conte).
ESTUDIO TRACEOLÓGICO
Investigación traceológica: un análisis directo de objetos
Las investigaciones traceológicas, o funcionales, en Arqueología realizan el análisis directo de objetos a través de equipos de observación como son las lupas binoculares estereoscópicas y diversos tipos de microscopios como el petrográfico, electrónico de barrido o con focal, en función de la necesidad de mirar con mayor o menor detalle las piezas.
Estos estudios pueden realizarse sobre elementos fabricados en distintos materiales -rocas como sílex o cuarzo, hueso, marfil, conchas o metales- y se basan en el examen de las superficies de los útiles antiguos con la finalidad de determinar cómo fueron utilizados en el pasado. El uso se puede determinar en función de las deformaciones o alteraciones que se encuentran en ellos, la disposición de las huellas que presentan o los residuos perecederos que puedan haberse conservado sobre su superficie. Son objetos como herramientas, armas y elementos de adorno, cuyas huellas de uso nos permiten interrelacionarlos con aspectos económicos, sociales o culturales de las poblaciones del pasado.
[1] Esta técnica de análisis permite obtener información básica sobre los procesos productivos en los que intervinieron los distintos instrumentos, sobre la funcionalidad de los asentamientos o sitios arqueológicos, sobre la organización social del espacio y la división del trabajo por género y/o edad (“El por qué y para qué de la traceología en arqueología prehistórica” Ignacio Clemente Conte).
En el caso del yacimiento de El Acequión se ha hecho el estudio funcional de 4 de los objetos metálicos encontrados en él en la década de los 80. Se trata de un puñal de remaches y 3 hachas planas que presentan una serie de huellas que indican su uso. Estas piezas están fabricadas en cobre, algunas con pequeñas cantidades de arsénico, con lo que las deformaciones durante su utilización son mucho mayores que las que se pueden generar cuando las herramientas se fabrican en materiales más modernos como es el caso del hierro o el acero que son más duros.
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