El agua y el Evento Climático

GRAVE SEQUIA

Evento 4.2 ka BP

En lo ambiental, tras el denominado Óptimo Climático Holoceno, la Edad del Bronce se desarrolla en unas circunstancias climáticas más frías y -en Europa occidental- más húmedas, como indican los registro paleoclimáticos a partir del 3000 a.C.

Hay que destacar a lo largo de este periodo la existencia de periodos breves, a veces muy bruscos a escala geológica, en los que se dan condiciones de acentuada aridez o, por el contrario, de incremento sustancial de las precipitaciones. Uno de esos episodios es el denominado "Evento 4.2 ka BP", que se caracterizó por una grave sequía, a la que se atribuye entre otras causas el colapso del Imperio Acadio en Mesopotamia o el del Imperio Antiguo en Egipto hacia el 2200 a.C.

Otro suceso, éste de carácter catastrófico, como es la explosión volcánica de Thera (Santorini) a fines del siglo XVII a.C. podría haber tenido una incidencia significativa en todo el ámbito mediterráneo.

ACTIVIDAD HUMANA

La influencia de la actividad humana y los eventos climáticos

A lo largo de la Edad del Bronce se hace cada vez más patente el impacto de la actividad humana en el paisaje: las actividades agropecuarias están detrás de la progresiva deforestación, erosión de pendientes, pérdida de nutrientes o, en su caso, salinización del suelo.
Las labores minero-metalúrgicas provocan un impacto ambiental cada vez más visible
sobre todo a partir de mediados del II milenio a.C., manifiesto en la presencia de metales como el cobre o el plomo en los sedimentos o la disminución local de ciertas especies leñosas, usadas como combustible. Los efectos de la acción humana a menudo se concatenan con los eventos climáticos, provocando crisis en determinadas regiones y momentos.